Escribe San Gregorio de Nisa: “¿quién me dará alas como la paloma para poder elevarme, por encima de todo lo visto, de las transformables cosas al Intransformable  y con estado de psique imperturbable familiarizarme con Él, primero con mi libre voluntad y predisposición y después con íntima invocación decir: “Padre” ¿Qué psique debiera tener el que así hablara a Dios; cuánto ánimo, qué conciencia?